Si damos por válida la observación de Ong, expresan Martínez y Sánchez, podemos pensar que el acto de ordenar y caracterizar el pensamiento es un acto tecnológico que se manifiesta al exterior a través de hechos tangibles: libros, máquinas, diagramas, programas, organigramas, sistemas, etc., o lo que es lo mismo, lo que hasta ahora se ha dado en llamar tecnología. No hay máquina sin pensamiento humano. De esta forma aceptamos y comprendemos la idea de que el pensamiento humano es la verdadera materia prima de la tecnología, sin la cual se haría imposible la manipulación de los medios.
Según el punto de vista de los autores, la tecnología de la educación es la suma total de las actividades que hacen que la persona modifique sus ambientes externos (materiales) e internos (de comportamiento). En otras palabras una aplicación sistemática de los recursos del conocimiento científico y el proceso que necesita cada individuo para adquirir y utilizar los conocimientos.
Ahora bien: el sentido tradicional confunde tecnología educativa con máquinas, audiovisuales, etc., limitando su ámbito solamente a lo que se refiere a medios mecánicos, eléctricos o recursos electrónicos aplicados en educación En este sentido, encauzamos a la educación por lo que se llama artesanía pedagógica, solamente con fines instrumentales y de apoyo. Hemos mitificado, además de las máquinas, todos los procesos técnicos rigurosos, las programaciones rígidas, los objetivos cerrados y concretos, las pruebas objetivas en evaluación, y todo aquello que en apariencia da seguridad y eficacia.
Por otra parte la tecnología, y especialmente la informática, en los últimos años, ha sufrido un considerable e imparable avance, tanto en lo que se refiere a la investigación y el conocimiento del hombre y de la naturaleza como en lo que tiene que ver con los medios y recursos.
Reiteramos entonces lo dicho más arriba: el movimiento que la informática ha impuesto al mundo actual hace revisar todos los esquemas científicos y filosóficos ya que atañe directamente a la misma estructura mental del ser humano.
En su libro “La comprensión de los medios como extensiones del hombre”, McLuhan (1964) expresa un concepto similar pero lo hace desde otro ángulo: la invención de la imprenta forzó al ser humano a comprender en forma lineal, uniforme, concatenada y continúa. Esta estructuración del pensamiento, hasta desde el punto de vista físico, la página, los bordes, los márgenes, los renglones, toda esta disposición trajo consigo una nueva forma de pensar el espacio y esto afectó de diferentes maneras la organización social.
Estas nuevas tecnologías modifican nuestras formas de pensar y a su vez estas nuevas formas de pensar modifican las tecnologías. Un reordenamiento de la percepción una reestructuración de los sentidos cambia la forma que percibimos nuestro entorno. El pensamiento lineal impuesto por la imprenta, produjo economía en la línea de montaje y en la sociedad industrial, en la ciencia, en la física, las visiones newtoniana y cartesiana del universo como un mecanismo en que es posible localizar un suceso en el tiempo y en el espacio. Así planteada la cuestión, el hombre crea tecnologías que al mismo tiempo recrean un cierto tipo de hombre.
McLuhan, adjudica a Blake lo siguiente: cuando varía la proporción entre los sentidos, el hombre varía. Esta proporción varía cuando cualquiera de ellos o cualquier forma corporal o mental se exterioriza en forma de tecnología. Se extiende, lo que ya está en nosotros, alguna de nuestras facultades físicas o psíquicas. En los años 60 la mayoría pensaba los medios como fuentes; McLuhan los pensaba como extensiones de la mente humana, producto retroprogresivo de una idea suya más amplia de la tecnología y de categorías nuevas para pensar los modos en que formamos a la tecnología y en la que ella nos forma. La ropa es una extensión de la piel, la ciudad es una extensión colectiva de nuestra piel, la rueda de nuestro pie, como hoy lo es el auto o la bicicleta. El libro es una extensión del ojo, la TV es la extensión del tacto y la computadora de nuestro sistema nervioso central.
También sostiene que los medios, las tecnologías, extienden pero también amputan y es algo inevitable. En “Las leyes de los medios” manifiesta junto a su hijo que: toda tecnología que extiende amputa otra facultad y hace caducar la función de otro medio.
En esta concepción no instrumental de la tecnología, embanderada por McLuhan a partir de la afirmación de que los medios son extensiones del hombre, subyace una antropología que corre al sujeto de la centralidad absoluta en el mundo. Dando lugar a pensar al sujeto como maquinal y a la tecnología como humana.
En “Las leyes de los Medios”, Marshall y Eric McLuhan plantean cuatro leyes, en forma de pregunta:
* Qué extiende
* Qué vuelve obsoleto
* Qué recupera
* Qué revierte
La tétrada de efectos de las tecnologías no presenta un proceso secuencial sino cuatro procesos simultáneos. Los cuatro aspectos son inherentes a cada tecnología desde el principio. A esta tétrada podemos entrar por cualquier entrada, ninguna está mal, pero cuando tomamos una como inicial estamos marcando una línea lógica de pensamiento.
Piscitelli, citado por Pablo Manzini, observando las cuatro leyes presenta como ejemplo:
La birome o pluma fuente con su reservorio autocontenido de tinta EXTIENDE el tiempo de escritura continua, eliminando -OBSOLESCIENDO- la necesidad de mojar la pluma en la tinta. El Mensaje del medio es que, el cambio que hace posible tal capacidad nueva, es la habilidad de EXTENDER la expresión del pensamiento continuo, sin pausas.
Sin embargo cuando tal capacidad se EXTIENDE mas allá de un limite razonable, la libertad de expresión REVIERTE en la verborragia, en el agarrotamiento de la mano. Algo que dejo atrás la OBSOLESCENCIA de la recarga permanente de tinta. Justamente por no tener que mojar permanentemente la pluma, las pausas a las que obligaba la OBSOLESCENTE pluma anula las periódicas interrupciones en el flujo de pensamiento que promovían la contemplación y la reflexión mental. Así inesperadamente la birome RECUPERA un aspecto de la escritura en arcilla.
Dada su portabilidad y longevidad, la birome OBSOLESCE la necesidad de recurrir a la memoria permitiendo un registro preciso e indeleble de los hechos. Esta precisión RECUPERA la noción de los escribas. La tétrada así obtenida no tiene ningún orden preciso de lectura o recorrido. Ya que cualquiera de los elementos consignados puede actuar como disparador o catalizador de mayores y mejores análisis.
Derrick de Kerchove trae a la superficie lo que señalaba MacLuhan: “las tecnologías cambian nuestros modos de pensar, y nuestros modos de pensar cambian a las tecnologías.”
Se piensa con error en las nuevas tecnologías con viejas ideas. En realidad debe actualizarse todo, nuevas herramientas requieren nuevas ideas.
Por otro lado, tradicionalmente, dice Jonassen, las tecnologías se han desarrollado como medios de instrucción, como transmisores de información. Esta información se almacena en la tecnología, esta “juzga” la interacción del usuario, proporciona retroalimentación, corrige en una palabra lo efectuado. No se genera la construcción del conocimiento para que el alumno, por ej, aprenda con ellas y no de ellas. De esta manera logran crear, diseñar y las computadoras son las herramientas de la mente más completas que se han creado y que utilizan para interpretar y organizar el conocimiento personal.
Las herramientas de la mente pueden utilizarse para las personas representar lo que saben. Involucran el pensamiento crítico. Facilitan el andamiaje a diferentes formas de razonamiento. Los estudiantes deben profundizar sobre los contenidos para poder utilizar estas herramientas.
Anexamos un gráfico del autor.
Por qué estas herramientas de la mente, se pregunta el autor, llevan a los estudiantes a participar en un tipo de pensamiento crítico y de alto nivel acerca del contenido?
Porque requieren que los estudiantes profundicen en el contenido de lo que están estudiando y a su vez les permiten generar pensamientos más significativos utilizando sus propias bases de conocimientos para la construcción de realidades. Las Herramientas de la Mente permiten esta construcción de conocimiento. Esta va a depender de lo que ya saben y esto a su vez del tipo de experiencias previas, de cómo organicen en estructuras de conocimiento, y de lo que creen acerca de lo que saben.
En estos ambientes constructivistas, los estudiantes participan en la interpretación del mundo externo y en la reflexión sobre esas interpretaciones, creando su propio conocimiento a través de la organización y representación de lo que saben.
Se presenta una diferencia entre el aprendizaje con computador y el aprendizaje con Herramientas de la Mente. En el primer caso, alumno y computador forman una sociedad intelectual. En el segundo, el aprendizaje, depende de la participación conciente que efectúe en las tareas. Pueden incrementar la capacidad del computador y este realzar el pensamiento y el aprendizaje de los alumnos.
Derry y LaJoie (1993) alegan que "el papel apropiado para un sistema de computador no es el de un profesor o experto, sino, más bien, el de una "herramienta cognitiva" de extensión de la mente" (p. 5). Las Herramientas de la Mente son herramientas ininteligentes, que esperan que el estudiante aporte la inteligencia. La responsabilidad final, la toma de decisiones depende del alumno, aunque los computadores pueden servir como catalizadores para facilitar destrezas, fundamentalmente aquellas que estimulen la reflexión, la discusión y la solución a problemas.
Los computadores funcionan muchas veces como socios intelectuales, depositando en ellos aquellas tareas repetitivas como la memorización dedicándose a la producción. Cada cual en lo suyo y el alumno es el que debe discernir cognitivamente qué actividad ejecuta mejor.
“La utilización de computadores como Herramientas de la Mente, a través del empleo de aplicaciones de software como formalismos [protocolos] de representación del conocimiento, facilitará la producción de sentido, de manera más ágil y completa que como lo hace la instrucción mediante computadores.”
Esto permite organizar lo que se ha dado en denominar “cibercultura”.
Para Kerckhove (199 ), esta implica “ver a través”:
vemos a través de la materia, del espacio y del tiempo con nuestras técnicas de recuperación de la información. Cuando la tecnología nos da acceso mental y físico a algún lugar de la Tierra o en el profundo espacio, más allá de los límites previos, nuestras mentes la siguen. (…) cuando pensamos globalmente y enviamos o recibimos información desde nuestras oficinas, nosotros contenemos a la Tierra en nuestras mentes y en nuestras redes. La información que solicitamos para esta estructura interna es parte de un pensamiento mundial y de una actividad mundial. La globalización es una de las condiciones psicológicas de la cibercultura, en tanto que marco de referencia y forma de expansión de la mente.
Para Muñóz : “No es posible olvidar que uno de los fenómenos más evidentes de la cultura global (…) nace de la pérdida del sentido de la realidad que conlleva el triunfo de lo virtual sobre lo real. Esta transmutación que deslocaliza lo cierto y evidente, sustituyéndolo por las ficciones del cíber-espacio y de los imaginarios mediáticos, contiene un poderosísimo efecto de ficción e induce a una compleja confusión entre realidad y ficción.”