miércoles, 29 de julio de 2009

EL DOCENTE DEL SIGLO XXI:

Nuevo rol
-acompañante
-tutor
-facilitador de fuentes y contactos
-guía y estimulador de procesos
-formador y promotor de valores acordes a la nueva realidad
Un aspecto de importancia es el referido a que la máquina nunca podrá reemplazar al profesor. El trabajo educativo requiere de una comunicación verdaderamente humana, a la que debemos aproximarnos con respuestas inteligentes. La tecnología no constituye el medio idóneo para el diálogo pero tampoco lo excluye. Por otra parte, aporta posibilidades que están excluidas en la enseñanza tradicional.
Del rol docente o sea de la actitud que asuma, de su profesionalidad y su calidad de docente dependerá, más que de cualquier otro recurso, la mediación que el docente realice. La computadora es un objeto por la cual el alumno interactúa a través de programas, que le posibilitan desarrollar las diferentes estructuras del pensamiento. Pero el resultado que esperamos no será el mismo con un docente que lo deje solo frente a la máquina, un docente que orienta continuamente, sin darle la posibilidad a que el alumno piense y pruebe, o un docente que actúe de andamiaje entre el conocimiento y el alumno.
Este último docente que realizará intervenciones a través de preguntas oportunas, que permita al niño explorar el programa cometiendo aciertos y errores como un camino ineludible en el proceso del aprendizaje, que diseñe espacios de enseñanza significativos y que armonice críticamente los recursos, estará más cerca de lograr que el niño construya sus propios conocimientos. Entonces, estaremos hablando de un docente activo, crítico, creativo en su labor, preocupado por motivar y alentar la participación activa de sus alumnos, es decir, que pretenda elevar la calidad educativa. Podrá de esta manera, acompañar al desarrollo de las nuevas tecnologías impidiendo que la innovación tecnológica de la enseñanza se concrete en una información elemental y alejada de contenidos pedagógicos.
Desterrará el mito de que la computadora sustituye al docente, reconociendo que la misma es un recurso y una herramienta para el desarrollo de prácticas pedagógicas interesantes y cercanas al interés y a la cultura de sus alumnos. Comprenderá que la computadora no es un elemento prodigioso, (sí, con potentes características propias) y que la calidad de los resultados que con ella se obtengan dependerá, del conocimiento y experiencia que posea; y será él quien transforme las clases en prácticas distintas, interesantes, útiles y significativas para el alumno.
Por lo tanto, humanizar las prácticas pedagógicas en entornos virtuales, nos llevará a reposicionarnos frente a nuestro rol docente dentro de la tríada Alumno-Docente- Objeto (computadora), el docente será un mediador que facilitará este proceso. Para ello el docente deberá, partir de los contenidos y objetivos específicos y:
* evaluar y seleccionar los programas
* implementar el trabajo en grupos o parejas
* desarrollar diferentes metodologías de trabajo
* tener en cuenta los aprendizajes y experiencias previas
* evaluar las conductas y competencias de cada uno de los alumnos
* relacionar el uso de la computadora a los contenidos del aula.
Podemos afirmar que el docente es el que establece el vínculo entre los alumnos y las herramientas, entre los actores del proceso del aprendizaje; si bien la computadora es un elemento motivador y enriquecedor de nociones perceptivas y lógicas, el rol del docente es esencial en la puesta en práctica de la misma. Si el docente deja de ser mediador activo del proceso, no podrá facilitar con su conocimiento y su afecto el descubrimiento y exploración de las potencialidades de cada alumno.
Para ello el docente debe dedicar tiempo a conocerla y comprender la naturaleza y aplicaciones de la misma. La informática por si misma no constituye un elemento de cambio que garantice que el alumno aprenda mejor, ni representa una mejor calidad en la educación, es ineludible que el docente asuma su rol ante las computadoras y las utilice no como un fin en sí misma. Sino como un recurso con el que potenciar y enriquecer los aprendizajes de sus alumnos.

“Si la llegada de las NTIC va a afectar a las formas de enseñanza de las universidades, entonces el rol de los profesores se verá afectado”. (Salinas, 1999).

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